Durante las últimas 3 décadas, la tiendita de la esquina ha representado el 50% de la distribución de abarrotes en México a través de las más de 1 millón de tienditas que operan de forma independiente. Las grandes cadenas de autoservicio son su principal amenaza, ya que además de contar con un soporte de negocio en red ofrecen servicios más actuales como pago de servicios y cobro con tarjeta.

Si bien la brecha económica hace que el desarrollo tecnológico de la tiendita sea lento, los tenderos pelean por su supervivencia adaptándose a estas tecnologías y buscando las mejores opciones de negocio.

Con esto en mente creamos una plataforma digital de distribución de última milla en la que los tenderos pueden surtir desde su celular con los mismos precios y promociones que en tienda física. Buscamos desarrollar una herramienta no sólo para el abasto a domicilio sino que permitiera lanzar iniciativas de marca a escala, con beneficios para las tienditas en minutos.

Partiendo de reconocer que día a día los tenderos luchan con sus propios medios, y muchas veces, con los mínimos recursos para llevar a cabo su labor de emprendimiento, mientras que perciben a las compañías e instituciones como algo lejano, y en algunos casos hasta peligroso.

Era necesario crear una narrativa de marca que generará cercanía con el tendero. Si todo lo demás los ha alejado, nosotros llegaríamos para estar cerca y asistirlos con orgullo en la héroica tarea de abastecer su colonia.

Seríamos su mano derecha en la batalla, su aliado y compañero más fiel. Porque aunque él es la cara de su tienda, nosotros somos su dupla inseparable… el Robín de su Batman. 

Las alianzas trascendentes vienen de relaciones complementarias de dos partes, que en muchos casos llegan a ser indivisibles o consideradas como parte de lo mismo. En Dupplo, queremos que los tenderos nos consideren como ese complemento que suma y potencia las fortalezas únicas del modelo de la tiendita.

Retomamos el significado histórico de la palabra “abarrote”, donde los barcos mercantiles, que almacenaban su mercancía detrás de barrotes de madera,  llegaban a los puertos para que comerciantes más pequeños se abastecieran; y lo sumamos con el símbolo más abstracto de la unión, dos mitades que forman un círculo.

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